Ingredientes

• Un pavo de aproximadamente 8 kilogramos

• 90 gramos de mantequilla

• 3 tazas de vino blanco

• Sal y pimienta

Elaboración

1. Calienta el horno a 250 °C.

2. Descongela el pavo en la nevera dos días antes de cocinarlo. Al momento de prepararlo, límpialo cuidadosamente y sécalo.

3. Engrasa el pavo con la mantequilla fundida (puedes emplear una brocha de cocina). Añade sal y pimienta al gusto.

4. Rellénalo en ambas cavidades con el relleno de tu elección.

5. Usa hilo de cáñamo y una aguja gruesa para coserlo y asegurar que el relleno permanezca en su lugar durante la cocción.

6. Colócalo en una bandeja, rocíalo con el vino y cúbrelo con papel de aluminio. 7. Hornea durante una hora a la temperatura preestablecida. Luego, reduce a 180 °C y cocina durante aproximadamente tres o cuatro horas, o hasta que esté tierno.

El pavo relleno destaca como el plato principal en las festividades navideñas, adquiriendo una presencia singular en el centro de las mesas durante la celebración de Nochebuena y Navidad. En esta ocasión, compartimos contigo la receta para preparar un tradicional pavo navideño, perfecto también para la celebración de Fin de Año.

Historia del pavo en la Navidad

En las civilizaciones precolombinas, el guajolote, conocido como «payaso del agua» en náhuatl, no formaba parte de los festines en honor al dios Huitzilopochtli durante el solsticio de invierno. A pesar de ello, los nativos ya lo consumían como alimento. Con la llegada de los colonizadores españoles, el guajolote fue denominado «gallina de Indias» y luego se le atribuyó el nombre de pavo debido a su semejanza con los pavos reales asiáticos.

El sabor del pavo cautivó a los europeos, quienes lo introdujeron en Europa. La crianza limitada del pavo lo convirtió en un manjar exclusivo para las familias acomodadas en fechas especiales.

En 1528, fray Pedro de Gante celebró la primera Navidad en México, aprovechando la cercanía del solsticio de invierno con la festividad europea. Aunque la crianza del pavo era más eficiente en América, no se consolidó como platillo navideño oficialmente hasta 1620, cuando los colonos ingleses del Mayflower introdujeron la tradición del Día de Acción de Gracias, donde el consumo de pavo se volvió una costumbre. Desde entonces, esta tradición se extendió por América y se integró a las cenas navideñas.

Publicado por Mujeres al Día, agencia de noticias e información

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