La joven Francesca Hawley sentía que no encajaba, que todo daba lo mismo. Se levantaba todos los días, iba a estudiar a la facultad y luego se pasaba horas en las redes sociales. Creía que estaba viviendo en la vida de otra persona. No se sentía a gusto con su grupo de amigas, no disfrutaba su carrera universitaria ni tenía estabilidad en sus relaciones amorosas, hasta que las cosas empezaron a cambiar.

Habló con su padre y decidió que dejaría aquel mundo en el que vivía sin pasión, ni interés y se lanzaría, aunque para muchos suene extraño, de lleno en la construcción. Los tacones, los elegantes vestidos y el maquillaje quedaron de lado por un tiempo cuando decidió dar un vuelco a su vida.

Este es para la británica de 18 años su lugar en el mundo. Pasó a vestirse con chalecos de alta visibilidad y ropa deportiva, que en general está manchada con polvo, tierra, arena y cemento.

La gente no me cree y me mira como si estuviera mintiendo», explica «Cuando la gente me pregunta a qué me dedico y les digo que soy albañil, se callan.. Ahora se la ve con la pala, el balde y los ladrillos y una enorme sonrisa.

La joven dejó todo y se puso a trabajar para su padre y jefe, Richard Andrew, de 52 años. Andrew siempre apoyó las ambiciones profesionales de su hija, aunque otras personas se sorprenden cuando ella les dice a qué se dedica.

Hawley, de Sheffield, South Yorkshire, en el Reino Unido. Aseguró «Siempre quise ser como mi padre y lo acompañé a trabajar cada vez que pude cuando era pequeña», «La mayoría de las personas de mi edad no quieren pasar mucho tiempo con su padre, pero a mí me encanta trabajar con el mío todos los días”, añadió en el Mujeres al día. “Me enseñó un oficio y me ayudó a encontrar el trabajo de mis sueños”.

«De 8 a 18, soy un desastre, pero después…»

Cuando llega el fin de semana, una vez que el trabajo llega a su fin Hawley vuelve a lucirse para salir a bailar con sus amigas, cambia su casco y sus botas de trabajo por blusas cortas y tacos. «Desde las 8 am hasta las 6 pm, luzco como un desastre, y luego, los fines de semana, vuelve el vestido, los tacos y el maquillaje».

Convivir con obreros

Mi padre comenzó su negocio cuando yo tenía seis años y todos los que trabajan para él todavía lo hacen, así que todos me han visto crecer». Hawley también señaló que la gente asume que los hombres con los que trabaja la están molestando constantemente ya que ella es la única mujer, pero ella afirma: «No es así en absoluto.

«Cuando era más chica me criticaban, pero yo crecí en las obras, así que en mis días libres, iba y ayudaba a mi padre en el trabajo en la construcción». Incluso ella asegura que se siente más cómoda rodeada de hombres que con otras mujeres con las que no tiene un vínculo tan amable.

«Crecí con los hombres que trabajan para mi padre, se han vuelto como hermanos para mí. Siempre me trataron muy bien y se aseguran de que esté bien. A veces, incluso salen conmigo por la noche», aseguró ella. «Simplemente prefiero estar rodeada de muchachos. Son mucho menos complicados y simplemente se ponen manos a la obra», añadió.

El sueño del casco, la pala y los ladrillos

“Mi padre siempre ha sido constructor, y cuando yo era más joven, vivíamos en una granja, así que cuando él construía en nuestro terreno, yo siempre lo ayudaba», compartió. “Fue entonces cuando descubrí mi amor por la construcción”.

Dijo la adolescente “aunque sea mi padre, es como trabajar con mi mejor amigo. Ambos tenemos el mismo humor y siempre es divertido”, “Me encanta pasar tiempo con él y siempre supe que quería trabajar con él”.

Aunque es su jefe, Andrew no trata a su hija de manera diferente cuando se equivoca. «Es un jefe increíble, muy comprensivo y servicial, aunque si hago algo mal, me meteré en los mismos problemas que los otros chicos”, admitió Hawley.

“En el trabajo tenemos que mantenernos profesionales, pero en casa puedo hablar con él sobre cosas que tal vez no entendí ese día en el trabajo, y él me mostrará la próxima vez cómo hacerlo correctamente”.

“Él se asegura de que esté bien y confía en lo que estoy haciendo, y si necesito ayuda, nunca estará lejos», dice la joven que en sus ratos libres utiliza sus redes sociales para mostrar su nueva vida con millones de reproducciones (uno de sus vídeos superó las 50 millones de visualizaciones) y miles de seguidores.

Por supuesto que no faltan los críticos, pero ante los que le auguran poco futuro en el rubro de la construcción, ella responde: «Amo mi trabajo, y lo haré para siempre». Publicado por Mujeres al día, agencia de noticias e información.














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