Con la primera patente presentada en 1937 por la actriz estadounidense Leona Chalmers. Los prototipos de copas menstruales comenzaron a aparecer en la década de 1930.

Con versiones más modernas y anatómicas, ha sido en los últimos años, cuando las pequeñas «copas» hechas de silicona, caucho o látex, una alternativa práctica y más sostenible a las toallas sanitarias desechables, han ganado espacio en la rutina de las mujeres.

No causa ninguna molestia dentro de la vagina, el recipiente tiene forma de copa y, como está hecho de un material maleable. Destacan algunos ginecólogos que Otro beneficio que reportan las usuarias es que la forma de la copa no se percibe en prendas como bikinis o leggins, y no generan residuos como los tampones.

Existen varias opciones de tamaño, entre 4 a 6 centímetros de largo y 3 a 5 cm de diámetro en la parte superior. Las versiones más grandes están destinadas a personas con un flujo menstrual más intenso.

Recomendaciones

El producto es completamente seguro y puede durar hasta 10 años, siguiendo sencillas pautas médicas de higiene y buen uso.

  1. ¿Cómo colocar la copa menstrual?

La copa menstrual debe doblarse en dos o tres partes antes de insertarse en la vagina, para que luego se despliegue en su interior. Hay varios tipos de diferentes formas que se pueden probar para que la persona encuentre la más cómoda.

La persona puede estar sentada, con las piernas separadas y las rodillas flexionadas o en cuclillas. Si la vagina está muy seca, la inserción puede resultar incómoda, por lo que se recomienda utilizar algún lubricante, sobre todo en los primeros usos. Luego, se deben separar los labios e introducir el objeto poco a poco en el canal. Tan pronto como se suelta el colector, la copa se abre. La punta se gira un poco en el sentido de las agujas del reloj para evitar que se peguen los pliegues.

En concreto, se debe colocar como si fuera un tampón,. La principal diferencia es que su función es recoger el flujo sanguíneo en lugar de absorberlo.

Una vez insertada, ayudándolo con el dedo a que quede completamente dentro del canal vaginal, la copa se pega a la pared vaginal. Tiene una banda elástica en su borde un poco más dura para mantenerla abierta. Se acopla en la pared expandiéndola sutilmente y creando una pequeña concavidad, donde se queda fija.

Se puede usar un máximo de 12 horas seguidas la copa, pero para aquellas mujeres que tienen un flujo menstrual muy abundante, se recomienda cambiarla después de 4 o 6 horas.

Aconseja el ginecólogo que el producto de higiene íntima tiene un tamaño pequeño que ayuda a la usuaria a localizarlo, pero puede causar molestias. Intentar extraerla a través de la varilla puede requerir mucha fuerza. Es recomendable introducir el dedo para reducir el vacío.

Quizá sea más cómodo quitarse el producto en la ducha, pero también es seguro hacerlo mientras se está sentada en el inodoro.

Los primeros usos suelen ser un poco incómodos, es importante resaltarlo, pueden ser necesarios 2 o 3 intentos para que la persona se acostumbre a la copa y descubra cuál es el ajuste más cómodo. Un consejo es hacer la prueba fuera del período de la menstruación.

  1. ¿Cómo limpiar la copa menstrual?

Se debe realizar una esterilización casera hirviendo el objeto durante 5 minutos con agua caliente en el fuego o en el microondas antes del primer uso,. Muchas marcas ya ofrecen un envase específico para esta esterilización.

Se recomienda higienizar con agua y jabón neutro entre usos durante el ciclo,

Cuando pare la menstruación, se debe seguir el mismo proceso de ebullición. Guarda la copa en el recipiente (generalmente una bolsa de tela) mientras no esté en uso, y cuando el ciclo comience nuevamente, hierve nuevamente el dispositivo en agua caliente.

  1. ¿El dispositivo presenta riesgos para la salud?

Es muy seguro usar una copa menstrual cuando se desinfecta adecuadamente. De lo contrario, se incrementa el riesgo de infecciones en la zona íntima.

El organismo finaliza entrando en contacto con microorganismos que pueden ser dañinos, como bacterias u hongos. Pueden aparecer condiciones como la candidiasis y la vaginosis, aunque no son comunes. Si se usa correctamente, incluso se evita el riesgo de infección repetida para quienes tienen casos recurrentes, ya que no hay contacto directo con esa sangre que en el absorbente estaría en contacto con la zona durante horas.

  1. ¿Qué hacer y qué no hacer cuando tienes una copa?

El dispositivo no impide que la orina salga con normalidad. Si hay una sensación de presión podría significar que la copa aún tiene que penetrar un poco más en el canal vaginal. El objeto no se puede mantener dentro del cuerpo durante las relaciones sexuales. Existe una versión más delicada para las pacientes que nunca han tenido relaciones sexuales, todavía es poco conocida por ser considerado un tema tabú.

  1. ¿Cuáles son los pros y los contras de su uso?

En opinión de los médicos consultados, el principal punto positivo, es el carácter sostenible del producto. Una mujer tiene alrededor de 450 ciclos entre la primera y la última menstruación, lo que significa que necesita usar aproximadamente 7.200 toallas sanitarias. Una copa menstrual puede durar entre 3 y 10 años. Otro aspecto interesante es el autoconocimiento corporal. Además, el vacío que genera la copa evita que la sangre entre en contacto con el aire y que los olores se queden en la ropa interior. En cuanto a los puntos negativos, los ginecólogos señalan que no todas las mujeres pueden acostumbrarse al manejo del accesorio. Publicado por Mujeres al Día, agencia de noticias e información.

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